UNA ESPERANZA
GLORIOSA “Un sorbo de agua viva”
Guillermo Ávila"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de su Hijo, para que tengamos UNA ESPERANZA VIVA"
1 Pedro 1:3
Muchos son los que viven y mueren sin esperanza, a pesar de lo pomposo y espectacular que haya sido su partida, o el lugar donde depositaron su cuerpo, su descomposición será su fin; vivieron y murieron sin esperanza.
Los que viven por la fe mueren con esperanza; con la esperanza de su resurrección, la esperanza de una Vida Eterna con Dios, la esperanza de la Ciudad Celestial, la Ciudad Eterna, que tiene fundamentos, cuyo Arquitecto y Constructor es Dios.
La Ciudad de Dios, la Nueva Jerusalén, que descenderá del cielo, de Dios, y
morará entre los hombres.
Son los que viven y mueren en la fe de Abraham, buscando una descendencia para Dios, los que viven como
extranjeros y peregrinos sobre esta tierra, porque no tienen aquí una ciudad
permanente, sino que esperan y buscan la por venir.
Es la esperanza de todos los tiempos, de todos los siglos, por la que vivieron y murieron los patriarcas los profetas, y todos los discípulos del Señor, LA
ESPERANZA GLORIOSA de vivir eternamente
con Dios.
Debemos vivir sobre esta tierra con nuestra mirada en la
META, la esperanza de la resurrección.Estamos en el mundo pero no somos del mundo, somos conciudadanos del Reino de los cielos.
Por esta esperanza debemos estar dispuestos a sufrir aflicciones y muchas adversidades, no debemos enredarnos en los negocios de la vida, ni conformarnos a la corriente de este mundo.
Por esta esperanza debemos estar dispuestos a vivir por fe sobre esta tierra, como un
pueblo sin patria, porque tenemos una
patria y una Ciudad Celestial, construida por Dios para nosotros.
No corremos solos, Jesús ya venció, y está coronado por el Padre sentado a su diestra en su Trono, y Él ha prometido estar en nosotros y con nosotros, a través de su Espíritu Santo que nos ha dado.
Jesús es nuestra esperanza, Jesús es nuestra resurrección, Jesús es nuestro destino.
El camina con nosotros, y nos espera al final del camino para confirmar y honrar nuestra fe, y nos anima por su Espíritu:
"Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré en él, el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo"No corremos solos, Jesús ya venció, y está coronado por el Padre sentado a su diestra en su Trono, y Él ha prometido estar en nosotros y con nosotros, a través de su Espíritu Santo que nos ha dado.
Jesús es nuestra esperanza, Jesús es nuestra resurrección, Jesús es nuestro destino.
El camina con nosotros, y nos espera al final del camino para confirmar y honrar nuestra fe, y nos anima por su Espíritu:
"Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono"
Cristo es en nosotros, LA ESPERANZA DE GLORIA.