LAMENTACIONES DE JEREMÍAS SOBRE LA APOSTASÍA DE SU PUEBLO
"Un Sorbo de Agua Viva"
Por Guillermo Avila
"Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto.
¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad y se volvieron vanos?
¿Por qué no preguntaron por mí? no dijeron ¿Donde está su Dios? y se olvidaron de mi poder, de mis proezas, de todo el bien que yo les hice, y fueron tras lo que no les aprovecha"
¿No es esta la misma realidad en nuestras naciones, frente a las necesidades sociales y morales?
¿Por qué olvidamos lo maravilloso que fue nuestro Dios en nuestros comienzos, cuando llenos de fe y llenos de amor, estábamos dispuestos a dejarlo todo por Él?
Frente a esta actitud Dios dice: "Pleitearé con vosotros y con vuestros hijos"
¿Por nuestra apostasía hemos de condenar nuestro linaje?
DOS MALES ha hecho mi pueblo, es el reclamo de Dios:
"Me dejaron a mí, fuente de Agua Viva, y
Cavaron para sí cisternas rotas, que no retienen el agua"
Las consecuencias serán de esclavitud a este sistema humano corrupto, y no de libertad ni paz, como proclaman los falsos profetas que arrastran al pueblo a la vanidad.
Pretender hacer alianzas con un SISTEMA CORRUPTO, con la esperanza de sacar ventajas para el reino de Dios, es un vil error, es sólo la motivación de hombres que pretenden usufructuar de la fe, para sus propios terrenales y materiales intereses.
Es cavar cisternas rotas, que no retendrán el agua y no traerán TIEMPOS MEJORES.
La única política para los cristianos, es la política del reino de Dios, perfecta, justa y misericordiosa, que sólo puede establecer su Rey, nuestro Señor Jesucristo. Y la única estrategia de Dios, es la oración y la predicación.
Israel, al ver que sus condiciones empeoraban, hizo alianzas con los sistemas imperantes de su época, los Asirios y los Egipcios, ¿Y que logró con su estrategia?
Aceleró el cautiverio, donde con tristeza verían morir sus familias, perder sus tierras y empobrecerse cautivos de una nación extranjera.
Así serán humillados todos, los que pretendan con alianzas y estrategias humanas, favorecer el reino de Dios.
Así les advertió Dios por medio del profeta:
¿Qué tienes tú en el camino de Egipto para que bebas agua del Nilo?
¿Qué tienes tú en el camino de Asiria para que bebas agua del Eufrates?
Así les dijo Dios:
"Tu maldad te castigará y tus rebeldías te condenarán; reconoce, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová, tu Dios, y no tener temor de mí, dice el Señor de los ejércitos"
Porque dijiste: "NO SERVIRÉ A JEHOVÁ"
¿NO ESTE EL PECADO DE "LOS EVANGÉLICOS" EN LAS NACIONES?
Servir al sistema político y no a Dios, desgastando sus fuerzas, sus recursos y su tiempo, en lo que no les aprovechará. Eso es ir tras la vanidad.
Un llamado a los cristianos a salir de este mundo y de su sistema corrupto, que están bajo el juicio de Dios.
Dios no salvará ningún sistema humano, no son de Él, ni Él los sostiene.
Jesús murió y resucitó por la salvación de los hombres.
Busquemos su reino y su justicia, sirvamos a Él, el camino no es cambiar el sistema, no es esa la estrategia de Dios, es cambiar el corazón de los hombres.
La salvación de los hombres transformará, y hará útil cualquier sistema humano.
El camino pasa por nuestro cambio, en volver a creer que Él ha resucitado, y su Espíritu ha sido derramado sobre la iglesia.
El camino es volvernos a Él, humillarnos y quebrantarnos en su presencia, pues Él y solo Él puede sanar nuestra tierra.
El camino es volver a creer que nuestras armas no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.
No te desgastes en lo que no producirá ningún fruto, solo traerá verguenza y humillación.
Ana lo entendió y cambió su queja por oración, y dio a luz un profeta que marcaría la historia de su pueblo.
Elías lo entendió junto a siete mil que no doblaron sus rodillas ante "Baal", y oró fervientemente para que no lloviera y los cielos se cerraron, y Dios quebrantó el corazón de esa nación engañada. Elías volvió a orar y los cielos se abrieron y la lluvia descendió sobre la tierra, y la tierra produjo su fruto.
Dios no ha cambiado, Él está en su trono reinando.
¿Por qué hemos cambiado?
¿Por qué hemos dejado de creer?
¿Por qué cavar cisternas rotas que no retendrán el agua?
¿Del trono de Dios dejó de fluir su Agua Viva?
Dios todavía puede levantar un Moisés, un Samuel o un Elías, como fruto de la oración de su pueblo.
"Vengan a MI dice el Señor, todos los sedientos, solo en mí saciarán su sed"
jueves, 13 de septiembre de 2018
sábado, 1 de septiembre de 2018
PRESERVADORES DE UN LINAJE PARA DIOS
PRESERVADORES DE UN LINAJE PARA DIOS.
Por Guillermo Ávila
¿Será quitado el botín al valiente?
¿Será rescatado el que es cautivo de un tirano?
Pero así dice el Señor:
"Quizás el cautivo sea rescatado del valiente y el botín sea arrebatado al tirano, pero yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos" Isaías 49:42-25
En Cristo los cielos han sido abiertos, para que cualquier hombre, en cualquier generación sobre esta tierra, acceda por medio de la fe en su obra en la cruz al TRONO DE LA GRACIA DE DIOS, para hallar misericordia, justicia, y oportuno socorro.
Dios en el sacrificio de su Hijo, clavó y anuló toda acta que nos era contraria.
Él nos dio vida en su Hijo, perdonándonos y despojando a los principados y autoridades de maldad, los exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz.
La obra del Espíritu Santo es crucial para su cumplimiento en nuestras vidas, porque "¿Quién sabe lo que hay en el corazón de Dios, sino el Espíritu de Dios? y Dios nos ha dado su Espíritu, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido por medio de su Hijo; y al no saber como acceder al trono de la gracia como conviene, su Espíritu nos ayuda, y en nuestras debilidades intercede por nosotros delante del Padre conforme a su voluntad.
Los hombres presionados por la infinidad de problemas y desafíos de la vida, no pueden visualizar su maravilloso Propósito, y hace que nuestras oraciones y peticiones se concentren solo en buscar soluciones a nuestros problemas, como ocurría con las multitudes que acudían a Jesús, para que los sanara y librara de todos sus males.
Jesús nunca rechazó, y no rechazará a ninguno que en medio de sus angustias le invoque, pero anhela que al experimentar su amor y gracia inmerecida, los hombres respondan a su llamado y vocación.
Lamentamos que muchos presenten hoy delante de los hombres a un Jesús solo milagrero, sanador o proveedor de los problemas de la vida, como si Dios estuviera al servicio de los hombres; olvidando que nosotros fuimos creados para SU GLORIA Y PROPÓSITO.
Sin duda es maravilloso experimentar un milagro de sanidad, provisión, restauración, o ser rescatados de una condición de esclavitud, injusticia o humillación, pero sobre todas las cosas Jesús es Señor, y quién le confiese como Señor, su salvación ha llegado a su vida.
Fue la maravillosa experiencia de José en Egipto, rescatado de la muerte que procuraron darle sus propios hermanos, revindicado de falsas acusaciones, y rescatado de un injusto encarcelamiento. Todo ello fue motivo de gozo y alegría por la salvación otorgada por su Dios, pero lo más maravilloso en la vida de José, fue entender su PROPÓSITO y llamado en su vida, para dar salvación a su familia y completar la bendición sobre su linaje. Su sueño estaba relacionado con su llamado.
Al entenderlo José pudo perdonar a sus hermanos, y aceptar la soberana mano de Dios sobre su vida, quién permitió mucho de sus sufrimientos para desarrollar sus dones y llevar a cumplimiento la promesa de Dios a su tatarabuelo Abraham.
Así lo expresó en sus propias palabras:
"No se aflijan ni sientan remordimiento por haberme vendido. En realidad, ha sido Dios el que me envió aquí delante de ustedes para preservar sus vidas"
Preservar el linaje de Abraham sobre esta tierra, estaba por sobre su vida y sus circunstancias.
Allí nuestro texto de reflexión:
"Quizás el cautivo sea rescatado del valiente y el botín sea arrebatado al tirano"
Es glorioso si así lo experimentamos una o más veces durante nuestra vida, como las Escrituras nos señalan hermosos testimonios de liberación y provisión, pero también nos entrega muchos testimonios, de muchos de sus hijos, que a través de sus vidas no fueron rescatados, y murieron como mártires por su llamado a hacer la voluntad de Dios. Muchos perdieron todo lo que poseían sobre esta tierra, pero caminaron con Dios y muriendo por fe en la esperanza de sus promesas, sin recibir lo prometido, como Moisés que murió sin pisar la tierra prometida.
No nos dejemos engañar, el llamado de Dios no es para ser millonarios, o para no sufrir sobre esta tierra, ningún profeta, ni sus apóstoles fueron millonarios y vivieron exentos de sufrimiento, su llamado fue para vivir con Él y para Él, significó salir del mundo y renunciar a todo, para vivir bajo su reino y hacer su voluntad, era vivir para SU PROPÓSITO ETERNO y preservarlo en su linaje.
"La palabra que he puesto en tu boca, y el Espíritu que he puesto en ti, no faltará en la boca de tus hijos y en la boca de los hijos de tus hijos, hasta la tercera y cuarta generación"
Fue la promesa de Dios a Abraham:
"¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer, porque ciertamente Abraham llegará a ser una nación grande y poderosa, y en él serán benditas todas las naciones de la tierra?
Y YO lo he escogido para que instruya a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del Señor, haciendo justicia y juicio, para que el Señor cumpla en Abraham todo lo que Él ha dicho acerca de él"
"Quizás el cautivo sea rescatado del valiente y el botín sea arrebatado al tirano, pero Yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos"
"Yo defenderá tu pleito y salvaré a tus hijos" es su pacto con sus hijos.
Dios quiere edificar Casa para Él, es su sueño eterno, tener hijos a la imagen y semejanza de su Hijo, el primogénito entre muchos hermanos.
La Simiente nacida de Abraham, prometida a Eva en el Huerto del Edén, y hecha carne en María la sierva del Señor.
Debe ser el anhelo de todo matrimonio que se hacen uno en el Señor, comprometido con su voluntad sobre esta tierra, para ser preservadores de su linaje, porque entienden que los hijos son herencia de Dios, la mayor riqueza depositada en sus manos.
Es la razón de la indisolubilidad del matrimonio para Dios, es una unidad que da a luz hijos para Dios, y aunque somos imperfectos, y como padres nos equivocamos muchas veces, nuestras oraciones delante del Padre deben ser perseverantes y estar en concordancia con su voluntad y el establecimiento de su reino: "Yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos"
Dios aborrece el repudio, porque Él nos hace uno, porque busca descendencia para Él.
Tal vez las circunstancias que has tenido que vivir no sean las que tu hubieses escogido, pero son las que Dios te ha permitido.
Como José que por momentos se veía perdido.
Como Isaac que por años lloró la división de sus hijos Jacob y Essaú, que también fueron el reflejo de sus propios conflictos como padres.
O como Abraham que por momentos caminaba casi sin esperanzas delante de Dios, por causa de su edad y la de su esposa.
Dios defendió sus pleitos, salvó a sus hijos y cumplió su Propósito en sus linajes.
O Como Jesús les declarara a aquellas madres que lloraban al ser testigos de sus sufrimientos en la cruz: "Hijas de Jerusalén, no lloren por mi, lloren más bien por ustedes mismas y por vuestros hijos"
"Yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos"
Un llamado a preservar el linaje de Dios sobre esta tierra.
Por Guillermo Ávila
¿Será quitado el botín al valiente?
¿Será rescatado el que es cautivo de un tirano?
Pero así dice el Señor:
"Quizás el cautivo sea rescatado del valiente y el botín sea arrebatado al tirano, pero yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos" Isaías 49:42-25
En Cristo los cielos han sido abiertos, para que cualquier hombre, en cualquier generación sobre esta tierra, acceda por medio de la fe en su obra en la cruz al TRONO DE LA GRACIA DE DIOS, para hallar misericordia, justicia, y oportuno socorro.
Dios en el sacrificio de su Hijo, clavó y anuló toda acta que nos era contraria.
Él nos dio vida en su Hijo, perdonándonos y despojando a los principados y autoridades de maldad, los exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz.
La obra del Espíritu Santo es crucial para su cumplimiento en nuestras vidas, porque "¿Quién sabe lo que hay en el corazón de Dios, sino el Espíritu de Dios? y Dios nos ha dado su Espíritu, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido por medio de su Hijo; y al no saber como acceder al trono de la gracia como conviene, su Espíritu nos ayuda, y en nuestras debilidades intercede por nosotros delante del Padre conforme a su voluntad.
Los hombres presionados por la infinidad de problemas y desafíos de la vida, no pueden visualizar su maravilloso Propósito, y hace que nuestras oraciones y peticiones se concentren solo en buscar soluciones a nuestros problemas, como ocurría con las multitudes que acudían a Jesús, para que los sanara y librara de todos sus males.
Jesús nunca rechazó, y no rechazará a ninguno que en medio de sus angustias le invoque, pero anhela que al experimentar su amor y gracia inmerecida, los hombres respondan a su llamado y vocación.
Lamentamos que muchos presenten hoy delante de los hombres a un Jesús solo milagrero, sanador o proveedor de los problemas de la vida, como si Dios estuviera al servicio de los hombres; olvidando que nosotros fuimos creados para SU GLORIA Y PROPÓSITO.
Sin duda es maravilloso experimentar un milagro de sanidad, provisión, restauración, o ser rescatados de una condición de esclavitud, injusticia o humillación, pero sobre todas las cosas Jesús es Señor, y quién le confiese como Señor, su salvación ha llegado a su vida.
Fue la maravillosa experiencia de José en Egipto, rescatado de la muerte que procuraron darle sus propios hermanos, revindicado de falsas acusaciones, y rescatado de un injusto encarcelamiento. Todo ello fue motivo de gozo y alegría por la salvación otorgada por su Dios, pero lo más maravilloso en la vida de José, fue entender su PROPÓSITO y llamado en su vida, para dar salvación a su familia y completar la bendición sobre su linaje. Su sueño estaba relacionado con su llamado.
Al entenderlo José pudo perdonar a sus hermanos, y aceptar la soberana mano de Dios sobre su vida, quién permitió mucho de sus sufrimientos para desarrollar sus dones y llevar a cumplimiento la promesa de Dios a su tatarabuelo Abraham.
Así lo expresó en sus propias palabras:
"No se aflijan ni sientan remordimiento por haberme vendido. En realidad, ha sido Dios el que me envió aquí delante de ustedes para preservar sus vidas"
Preservar el linaje de Abraham sobre esta tierra, estaba por sobre su vida y sus circunstancias.
Allí nuestro texto de reflexión:
"Quizás el cautivo sea rescatado del valiente y el botín sea arrebatado al tirano"
Es glorioso si así lo experimentamos una o más veces durante nuestra vida, como las Escrituras nos señalan hermosos testimonios de liberación y provisión, pero también nos entrega muchos testimonios, de muchos de sus hijos, que a través de sus vidas no fueron rescatados, y murieron como mártires por su llamado a hacer la voluntad de Dios. Muchos perdieron todo lo que poseían sobre esta tierra, pero caminaron con Dios y muriendo por fe en la esperanza de sus promesas, sin recibir lo prometido, como Moisés que murió sin pisar la tierra prometida.
No nos dejemos engañar, el llamado de Dios no es para ser millonarios, o para no sufrir sobre esta tierra, ningún profeta, ni sus apóstoles fueron millonarios y vivieron exentos de sufrimiento, su llamado fue para vivir con Él y para Él, significó salir del mundo y renunciar a todo, para vivir bajo su reino y hacer su voluntad, era vivir para SU PROPÓSITO ETERNO y preservarlo en su linaje.
"La palabra que he puesto en tu boca, y el Espíritu que he puesto en ti, no faltará en la boca de tus hijos y en la boca de los hijos de tus hijos, hasta la tercera y cuarta generación"
Fue la promesa de Dios a Abraham:
"¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer, porque ciertamente Abraham llegará a ser una nación grande y poderosa, y en él serán benditas todas las naciones de la tierra?
Y YO lo he escogido para que instruya a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del Señor, haciendo justicia y juicio, para que el Señor cumpla en Abraham todo lo que Él ha dicho acerca de él"
"Quizás el cautivo sea rescatado del valiente y el botín sea arrebatado al tirano, pero Yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos"
"Yo defenderá tu pleito y salvaré a tus hijos" es su pacto con sus hijos.
Dios quiere edificar Casa para Él, es su sueño eterno, tener hijos a la imagen y semejanza de su Hijo, el primogénito entre muchos hermanos.
La Simiente nacida de Abraham, prometida a Eva en el Huerto del Edén, y hecha carne en María la sierva del Señor.
Debe ser el anhelo de todo matrimonio que se hacen uno en el Señor, comprometido con su voluntad sobre esta tierra, para ser preservadores de su linaje, porque entienden que los hijos son herencia de Dios, la mayor riqueza depositada en sus manos.
Es la razón de la indisolubilidad del matrimonio para Dios, es una unidad que da a luz hijos para Dios, y aunque somos imperfectos, y como padres nos equivocamos muchas veces, nuestras oraciones delante del Padre deben ser perseverantes y estar en concordancia con su voluntad y el establecimiento de su reino: "Yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos"
Dios aborrece el repudio, porque Él nos hace uno, porque busca descendencia para Él.
Tal vez las circunstancias que has tenido que vivir no sean las que tu hubieses escogido, pero son las que Dios te ha permitido.
Como José que por momentos se veía perdido.
Como Isaac que por años lloró la división de sus hijos Jacob y Essaú, que también fueron el reflejo de sus propios conflictos como padres.
O como Abraham que por momentos caminaba casi sin esperanzas delante de Dios, por causa de su edad y la de su esposa.
Dios defendió sus pleitos, salvó a sus hijos y cumplió su Propósito en sus linajes.
O Como Jesús les declarara a aquellas madres que lloraban al ser testigos de sus sufrimientos en la cruz: "Hijas de Jerusalén, no lloren por mi, lloren más bien por ustedes mismas y por vuestros hijos"
"Yo defenderé tu pleito y salvaré a tus hijos"
Un llamado a preservar el linaje de Dios sobre esta tierra.
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