¡NO DUDES, NO TE RINDAS! "Sorbo de agua viva"
Por Guillermo Ávila
Se necesita
una Gran FE para alcanzar un Gran testimonio, no olvides que fue por la fe que
alcanzaron buen testimonio los antiguos patriarcas en su generación. Como Job
que pudo expresar “Aunque Él me matare, en Él confiaré” cuando todo le era
adverso, y aún su propia esposa le incitaba a maldecir a Dios por su terrible condición.
Dios
permitió que tocara fondo en su vida, pero en todo esto Job no pecó, ni atribuyó a Dios despropósito alguno; a pesar de todo lo que le había sucedido Job siguió confiando, esperando y confesando: "Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios" Persistió en una respuesta de Dios para su vida, siguió obedeciendo a pesar de si, y
al final del proceso, fue revindicado y doblemente bendecido por Dios.
Todos desean
que Dios multiplique su bendición, pero
no todos están dispuestos a transitar el camino de la FE que les llevará alcanzar esa victoria. La mayoría desfallece,
se cansa y se rinde en los momentos decisivos antes de llegar a la meta. Como
Esaú renuncian a la bendición, transándola por lo tangible, temporal y fácil
(un plato de lentejas). Alcanzarla
implicaba fe, perseverancia, negación y aprender a esperar en el Señor y su palabra.
Si para ti
todo está oscuro, y no puedes ver delante de tus ojos; ¡No dudes, No te rindas! –
Persevera en tu obediencia, mira hacia arriba, porque el Señor está sentado en
su trono reinando, aunque en esta tierra no todo se vea sujeto a Él, pero si crees y esperas, pronto te hará justicia.
Como aquella viuda (mujer desamparada y sin recursos en sí) perseveró frente a un juez injusto, malo, que jamás había obrado con justicia, pero la insistencia de la viuda lo doblegó y le hizo justicia; ¿Cuánto más vuestro Padre que es bueno y nos ama, y desea lo mejor para nuestras vidas?
¡No tengas
temor! ¡No dudes, no te rindas aunque todo se venga abajo!
Cree y
confía en el Señor sin quejarte y sin murmurar, mira a tu interior, a aquel que es UN GIGANTE y que peleará por ti, el LEÓN de la tribu de Judá.
Deja que crezca en ti, que se exprese con libertad, porque Él someterá tu carne y establecerá SU PROPÓSITO en tu vida, no te desalientes ¡alábale, y espera en Él!
¡Alábale, porque Él vive!
¡Y dadle gracias en todo!- Porque el usará este proceso para conformarte más a Él, y mañana te alegrarás por haber alcanzado
la victoria, toma aliento.
Él está sentado en su Trono reinando, no está nervioso, ni necesita ponerse de pie.
Él es tu Gran FE y está en ti, y si es necesario se pondrá en pie y hará callar el viento, y detendrá la tempestad en su tiempo.
No permitas que nada y nadie te robe tu fe.
¡No dudes, no te rindas, aunque todo se venga abajo!