Por Guillermo Ávila
Es cierto que somos humanos, pero no luchamos como los
hombres de este mundo. Las armas que usamos no son las de este mundo, sino que
son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.
“Están en el mundo, pero no son del mundo, porque mi reino
no es de este mundo” son Palabras de Jesús.
Dios nos ha provisto de armas espirituales poderosas, para
pelear la buena batalla de la fe, para
luchar contra las acechanzas del maligno, y vivir en victoria sobre el
pecado.
La Palabra de Dios, es la principal arma espiritual del
cristiano, por ella recibimos la fe que nos permite agradar a Dios. El diablo
no la pudo vencer en los labios de Jesús, y no puede vencer a nadie que viva y
permanezca en ella. Jesús es la Palabra Viva e invencible de Dios.
Debemos fortalecernos en ella, es la espada del Espíritu
poderosa para la destrucción de fortalezas. Los Hijos de Dios son más fuertes
espiritualmente que los hijos del mundo, porque conocen y poseen la Palabra de
Dios.
Por ella somos más que vencedores y por ella debemos
edificar nuestras vidas.¡Nuestras armas no son carnales!
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